15.10.08

VIENE AL CASO

TORCIDA,
como todos nosotros
tienes la única de las orejeras, suelta,
y lo que no oye en ti,
en el otro lado, en la neviza de las sienes,
ya eflorece, con cascabeles
de bufón en cada
hoja del cáliz.

(Paul Celan. Soles Filamentos, 1968.)

Tufo. Sobaquera del poroderoso de sudor
errado no voy a insultarte, presidente.
Fidedigno soy. Viene al caso la palabra viene
muy a cuento contra tu boca torcida.
Tú lo sabes presidente: Próstata arriba
te palpas ante el espejo la sangre pensada,
y crees que no te concierne el harapo.
Pero aquí estamos, para hacerte la muerte
imposible. Espinazo. Tópate en la nada.
Paseas cada día bajo los pórticos
acariciando el puño de la espada
que te pende a falta de dos dedos de frente:
Tu puchero incorrecto, presidente, hierve
y flatulento aspiras el vaho del miedo:
Tus miasmas, las mismas con que alimentas
a tu servidumbre que es legión sodomizada.
Por eso la palabra. Qué remedio. Abandono
mi elegancia por la urgencia de siempre:
La urgencia de estar atento, presto
a escupir en medio de tu crimen organizado.
Te vaticino lianas en los esfínteres del alma,
presidente: Crecerá la carroña a las puertas
de tu casa en todos los pubis y poleas
de tu santa esposa. Porque una cosa es,
presidente, el olor a niña muerta natural, y otra
muy diferente el olor mortal de tu aliento
con licencia para fabricar futuros defectuosos.
Mi palabra es urgente y cierta porque al viento:
Que no se diga que me tragué la lengua,
los colmillos, tus razones de impotente:Que
no se diga que no dije a tiempo lo que otros
no tuvieron tiempo de decir: Maldito seas
presidente, tú y tu estirpe. Que te funda veloz
un rayo. Hijo de perra: Cuanto antes mejor.


rmmp. Poemas Urgentes (2003)