Quiero
que quieras: Que tu deseo en hordas venga
pisándome el césped de los talones:
Arremete
bufando con tus fauces licántropas
y
arrincóname en la ultimísima desmesura.
Si la
pena valgo te lo dirá mi rebuzno innato, el meneo,
mi
penacho de ya soy hombre, de soy lo no dicho,
soy por
dentro sin rodeos músico, relojero cojo,
hijo de
padre, semáforo imperfecto.
Acomódate
a mi ritmo o al tuyo: En este mismo
instante
apreciarás ser hueco o parte
que se
abre a un futuro cierto de musgos anfitriones:
Tus
labios grandes dirán palabras mayores.
Quiero
que queramos; que goces de domingo
a lunes,
de enero a marzo, de sol a sol, de mano
en mano:
Pulida piedra caliente que respira a más...
Ven no en vano a mitigar mi cicatriz presente.