29.4.06

HAY MUERTE DESPUÉS DE LA VIDA

¿A dónde va el amor de la niña
que abrazada fugaz a su príncipe
se sueña
mientras en el Centro Regional
de Salud la abuela va muriendo
un largo día de primavera?

¿Dónde se quedaron los deseos
inválidos, nulos y barridos
hacia rincones deshabitados
de nuestra, fosa común, memoria?

La abuela en la penumbra
y la niña en su sueño:
¿Piensan la otra en la una?
¿Se encuentran en la añoranza?

¿A dónde va el sueño moribundo
de la abuela mientras la niña
sueña su abrazo amoroso inválido?

¿Hay muerte después de la vida?

7.4.06

EN LA LAGUNA

(Divoka Sarka)


En la laguna un sifón de labios
redondos, perfectos, traga agua
lentamente hacia un fondo frío:
silencio de pozo en la garganta.

Levanto tu cuerpo como jarra
y ya deshecha te bebo en rocío:
La lengua quema. Ya soy herido.
Soy carne derecha y hecha, palma
de todas las manos, rostro alzado
suplicando más suplicio: boca
que cumple su fin tan perseguido.

Damos alcance al ruido del tiempo
que nos toca: sólo a luz aspiro,
destiladas auroras, alientos
desde tu entraña honda vertidos.
Estas abierta e imperativa.
Se me hace que cantas, recitas,
rezumas dulce sudor de ánfora.

La laguna imagina o presiente
mares donde estuvo un día, cuerpos
que extendieron alma a su paso:
ruinas de hundidos reflejos.

Alrededor de la casa sin cristales
en las ventanas, se agrupa la multitud
que espera rumorosa este instante:
lo oscuro se apelmaza, empuja, pugna
por salir, se siente, lo consiento: sale,
se vacía enfilando laguna adentro:
suena el gozo en tu garganta, brillan
diamantes recientes, germinados:
Estás de mi médula embebida.