No sabemos cómo, pero la carpa
sale del agua, boqueando, cargada
de poesía. La carpa recita en silencio
el poema social de la asfixia:
pura lírica de la experiencia. La carpa
ahonda en la expresión
con la mirada fija de lo que muere.
Vomita jeroglíficos alejandrinos,
estertores que quieren ser idioma.
Ha sido un instante, y sin saber cómo,
la carpa, ya ligera, regresa al agua.
Todo vuelve a la quietud.
La superficie del lago refleja
una muda multitud,
alejándose.
29.7.11
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