11.5.06

LA PALABRA HABLA


“En
la palabra
ven.”

Enzárzate. En mi intramuro te espero,
para emprender juntos el camino largo
que nos desentrañe: Para ti me abro.
Y hacia ti estoy centrando mi centro.

Más adentro. Ven y date. Toda hueco
soy para que te engarces, porque quiero
ser alhaja donde brille al desnudo
tu consorte aliento de sustancia.

Por todas mis heridas te comulgo.
Mojo tus hostias en mi sangre blanca.
Transfiéreme los fondos sonantes
de tu cuenta corriente submarina.

Voy cumpliéndome hasta estar encinta,
en médula, que es mi eje de labio a rabo:
Ya embebida de sentido navego el lago
y nos digo y nos hago nombre de pila.

Proferidos y ayuntados, con un común
denominador, por debajo y por encima:
Vamos bautizando las cosas: Isla o luz,
olivo y fuente, mano pero sangre,

nutria de hermosura lubricada
como agua en el agua, como tarde
anaranjándose en su alma o jugo,
como piedra que se escapa de la piedra:

Mundo, tu Dios, su reflejo, el nombre
que cuando da en el clavo me despierta...

1 comentario:

Aria Mozart dijo...

Creo que dar en el clavo es difícil y despertarte mucho más.

Pero quiero que sepas que me ha gustado mucho ese poema.

Ciao,

Aria