18.5.11

El amor, ese animal dormido. Poema V

Este azul estar de mutuo acuerdo
tan endecasílabo al comienzo
tan oloroso a galaxia recién parida…

Alcanzar el sentido: rozar con la yema
de los verbos ese clítoris permanente:
la vida que emerge y responde,
el ombligo tierno de lo perfecto.

Llamo resplandor a lo que lejos
suena tras el aire (esquilas, valle,
cencerros regresando). Llamo rumores
a lo que brilla a mis pies traído
por las olas, llevado de nuevo más allá
de la espuma presente: meteoro diluido.

Veo rocas preñadas de musgo y siento
el sabido calor del diamante en la boca
y en cada una de las articulaciones
del cuerpo con la tierra: rodillas y codos
del hombre burro pensativo en su trono,
bisagras del desconocimiento.

Vuelvo a nombrar el pellejo de las cosas
y no hay respuesta. Tan sólo un amago
de luz retraída en el vertedero
de la conciencia.

2 comentarios:

Noelia Palma dijo...

un vertedero de abrazos Ramón, después de esta poesía!

lecturayescritura dijo...

Como siempre que leo los artículos del blog saco partido. Enhorabuena, el sitio web se ha convertido para mí en una referencia. Podré estar o no de acuerdo con algunos planteamientos pero siempre es enriquecedor leer los artículos colgados. Felicidades nuevamente, seguid así y animo a la gente a que participe con sus comentarios en este tipo de sitios educativos porque la verdad es que son de un valor enorme en esta época de internet.
Ánimo y suerte con las publicaciones, os seguiré