12.1.12

Poema XXXIV - 2001


Cansancio como de sequía de garganta.
Cansancio, como de esparto interminable.
Cansancio, como nunca, de encía
prometida, de verbo calvo en plena
juventud, juventud reptante.

Soga al cuello desdoliendo: tu abrazo.
Mi pena de camino erecto.
Mi antes sin la axila perfecta de tu cuerpo.

(Estoy tan abierto que la gente pregunta
por los metros cuadrados de mi estancia.
Pero tú eres más bien profunda, más bien
inclinada a las cosas buenas del abismo)

En mi cansancio sigo:
De mi voz nace el tiempo.
De mi único labio, sin partir,
viene el aire de tu aliento
(alguien dice que cantando)

Fácil olvidar a Dios
en el reverso de tus manos
sin comienzo.

Yo tengo un lloro que habla
y mi canto me da en los dientes
devuelto en piedra.



Pragajoz, 2001

2 comentarios:

Carmen dijo...

Estimado Ramón,
escribe usted unos poemas muy bellos. Pero no se equivoque. Nada vale eso de "esconderé la poesía para otro día". Será usted joven, o viejo, poco importa, enamorado que es lo mismo. Pero la poesía acabará , tarde o temprano, siendo su única compañera. Tiene ese raro don.
Algún día, hoy no, se acordará, quizás, espero que no, de este mensaje.
Un cordial saludo
Carmen
PD: yo podría escribir, mucho peor, lo que usted dice, pero sé que no debo,porque la vida es lo que es.

Ramón Machón dijo...

Carmen. Quítame el usted, por favor. No negaré que me gustan tus elogios. Carezco de falsa modestia. También me gustaría saber quién eres, y que dejaras el anonimato para otro día. De cualquier modo, gracias.