12.1.12

Poema VIII - 2001



Pensé, yegua, en tu cuerpo
de mantequilla dura que se funde
bajo el calor de las manos.
Pensé, pulpa, en la forma
de tus costillas desnudas,
lamidas por los perros de mi carne.
Te pensé en el idioma
de los almíbares, esa tribu
cuyas hembras rezuman
dulces menstruos nutritivos.

Y ahora escribo para ponerme al día,
para poner tu cuerpo en evidencia.
Preparado para beber la leche, zorra,
que corre segura por tus venas,
te traduzco a estos versos, Vida,
cuando debería gruñir, rezongar,
aullar aunque no me entiendan.
Me gustaría haberte parido, lamer
mi sangre de tu rostro, gata,
y después poseerte, caer en ti,
vivir en el fondo último de tu abismo.



Pragajoz, 2001

No hay comentarios: